miércoles, 12 de mayo de 2010

UN ADOLESCENTE ES

UN ADOLESCENTE ES:

Un cúmulo de visiones, pues se crea tantos objetivos, tantas metas, que se pierde en ellas.

Un cúmulo de sentimientos, tan volátiles como la cantidad de seres que lo rodean.

Un cúmulo de ilusiones hacia su presente y futuro, tantos que se vuelven inciertos.

Un cúmulo de cambios físicos, tan cuantiosos, que no sabe que hacer con ellos.

Un cúmulo de necesidades físicas, cuya satisfacción se evapora gracias a la tecnología, que, en el mejor de los casos, lo lleva a escalar dentro de su propia casa.

Un cúmulo de necesidades psicológicas, que no se completan debido a que en la actualidad no tiene el apoyo total de padres y maestros.

Un cúmulo de conocimientos fantasiosos, que lo hacen pensar que la vida es un momento en el cual puede hacer todo lo que él quiera, o dejar de hacerlo, sin pensar que afecta su personalidad.

Un cúmulo de ansias de triunfar, de ser mejor, pero en la mayoría de los casos sin la guía adecuada.

Un cúmulo de alegrías y descubrimientos, que hacen de esta época un recuerdo imborrable para toda la vida.

Un cúmulo de fracasos y tristezas, que lo van enseñando a valorar lo que tiene y lo que pierde.

Un cúmulo de ideas, tan maravillosas, que lo hacen “chocar” con el adulto, porque son tan personales que tenemos miedo-los adultos-de no saber manejarlos y tomamos el camino más fácil: evitar que las desarrollen, porque…

La adolescencia es un camino difícil, tanto para nuestros hijos como para nosotros mismos y, por lo tanto, vivimos las mismas ilusiones, fracasos, cambios y temores que ellos.

Vamos juntos por la vida y, sin embargo, somos su soporte, su apoyo, su guía.

Profr. Armando Nicolás Moreno Herrera

Marzo de 2007.

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